lunes, 18 de diciembre de 2017

Sócrates fue el primer ‘coach’ de la Historia

Sin periodistas no hay periodismo. Sin periodismo, no hay democracia”. Esta afirmación, que he leído hoy mismo en un comunicado de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), sirve a esta organización para manifestar su rechazo a la propuesta del Gobierno de crear una comisión de control sobre noticias falsas.

La FAPE estima que deben ser el código deontológico y la ética de los profesionales los que se encarguen de cribar la información real del resto y, además, reclama la incorporación al sistema educativo español de la asignatura ‘Periodismo y Comunicación’; una disciplina que permita trasladar las habilidades con las que desarrollar la capacidad crítica. Todo para conseguir discernir entre información y opinión, o detectar -al menos desconfiar-, de esas falsas noticias que finalmente son bulos con los que se pretende manipular a la opinión pública.

Es una petición pertinente aunque, en mi opinión, esa asignatura se llama Filosofía, una materia relegada por la última reforma educativa (el equipo de Wert la convertía en optativa a partir de 2º de Bachillerato, dependiendo de cada Comunidad Autónoma) que desde hace dos años hace que un estudiante pueda terminar bachillerato sin apenas tener contacto con la ‘Teoría de las Ideas’ de Platón y su ‘Mito de la caverna’ con la lucha entre la apariencia (el mundo de los sentidos) y lo real (representado por el conocimiento); la ‘Crítica de la razón pura’ de Kant para averiguar dónde están los límites del conocimiento; averiguar la existencia del hombre de Sartre y Camus, o la prevalencia de la voluntad del ser humano sobre la razón que postulaban Schopenhauer y Nietzsche. Y eso ha pasado en los colegios de Madrid, Galicia, Navarra, Euskadi, Castilla y León, y Castilla-La Mancha.

Como decían algunos de los profesores afectados que clamaban contra esta iniciativa, “la adolescencia es una edad estupenda para hacerse preguntas”, y la filosofía es una llave fantástica para hacerse adultos. Desde los griegos, la filosofía siempre ha representado la conciencia crítica de una época. Ayuda a pensar, a replantearnos todo lo imaginable y a poner en duda el bien y el mal, la justicia, la verdad y la mentira. Y eso sirve para construir mentes abiertas.

Ahora parece que se propone recuperar su obligatoriedad y, dicen, que a aumentar su ‘peso’ en el Bachillerato. De hecho, ya hay acuerdo político. Parece, al menos eso quiero creer, que han entendido que la filosofía enseña a reflexionar, a analizar, a discutir, a trabajar tanto individualmente como en equipo. Adiestra a las mentes a pensar, a formar conciencias, a racionalizar incluso los sentimientos; en definitiva, a ser más libres.

En un mundo como el actual, y al que previsiblemente estamos abocados, lleno de ruido informativo, de voces dogmáticas, con manipulación brutal de contenidos, repleto de altavoces de ‘fake news’, de imposturas, de viralidad de tubo de ensayo creada en departamentos de comunicación, de sensacionalismo, de ocultación de la verdad, de campañas de prestigio y desprestigio… precisamos de algo que nos permita alejarnos de los comportamientos gregarios y nos ayude a pensar, reflexionar y discernir entre lo real, lo falso y lo verídico. Sócrates, el primer ‘coach’ de la Historia lo tenía claro: “No puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar”.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Los 'yayos' del 2050 no tendrán miedo

Por fin estaremos a la altura de Japón. Eso sí, habrá que esperar hasta 2050 y no será para algo excesivamente bueno. En esa fecha -no tan alejada- ostentaremos la segunda mayor tasa de dependencia del mundo, es decir, tendremos más 'yayos' que ningún otro país (excepto los nipones).

Ojo con las cifras, porque son para asustarse: 77,5 de cada 100 españoles serán (seremos) pensionistas, muy por encima de la media, 53,2% de los 35 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o del 56% de los de la Unión Europea, según los cálculos realizados para mediados de siglo.

Con estos datos sobre la mesa, la mayor parte de los medios de comunicación han coincidido en emplear sus recursos para analizar el futuro de la sostenibilidad del sistema público de pensiones. De todos ellos me quedo con dos datos, ambos preocupantes. El primero es lo que los economistas llaman tasa de sustitución, esto es, el importe del primer sueldo como pensionista con respecto a lo que se cobraba en activo. Ahora mismo en España está en torno al 80%, muy alto con respecto al resto de Europa.

Lo malo es que ese sueldo con el que una persona comienza su vida en las estadísticas del Imserso no se revaloriza al ritmo del crecimiento real de la economía ni del IPC por lo que, a los pocos años, le cuesta llegar a fin de mes. Y aquí hay que tener en cuenta -el segundo dato-, que la esperanza de vida en España es de 80,3 años, en el caso de los hombres; y 85,6, en el de las mujeres. Para más inri, los analistas esperan que en España esta tasa de sustitución se reduzca sustancialmente en los próximos años hasta alcanzar niveles europeos, en torno al 65%.

¿Qué quiere decir todo esto?, que quiénes no tengan planes de pensiones privados o vinculados a las empresas en las que trabajan lo tienen muy crudo. Éste es el perfil económico del asunto, pero estamos en un blog donde analizamos los mensajes comunicativos. Por eso querría abordar sus otras implicaciones, en este caso las demográficas.

Hasta el momento, los mensajes electorales han ido dirigidos a convencer a los segmentos mayoritarios de la población. El objetivo principal de los partidos políticos es el colectivo formado por hombres y mujeres de entre 30 y 45 años. Luego, de forma residual, se han ido propiciando mensajes específicos para atraer a jóvenes y mayores. Simplificando, a ambos se les pedía su voto a cambio de esperanza y amparo, respectivamente.

Pero si la evolución demográfica se confirma, estos mensajes van a tener que cambiar y los partidos que lo hagan antes y mejor tendrán mucho espacio recorrido. Para 2050, la mayoría de ciudadanos con voto tendrá más de 65 y veinte años de vida por delante (el equivalente a cinco legislaturas). Será un colectivo amplísimo; con alta formación; con un bagaje y una trayectoria vital, social y económica forjados en circunstancias muy difíciles que, presumiblemente, le dará un fuerte carácter reivindicativo.

Los mayores de mediados de siglo no se conformarán con la promesa de una subida raquítica de sus pensiones y es probable que tengan menos miedo al cambio que los pensionistas actuales. En la medida que sus nóminas dependan menos de la solidaridad intergeneracional y más de su capacidad de ahorro y/o de las aportaciones de las empresas, su capacidad de decisión será más libre y, todo esto, propiciará que sean más exigentes, también con sus políticos y sus formas de gobernar.

Pues eso, como decía aquél, la que va a liarse cuando Dios quiera jubilarse y vea que sólo tiene cotizados seis días.

viernes, 10 de noviembre de 2017

El mensaje de la opresión, de Puigdemont

Cuando se agota la vía del diálogo convencional una de las opciones es trasladar las peticiones a una instancia superior con competencias en el área. Es lo que ha hecho el cesado gobierno de Puigdemont. Agotadas las vías de negociación con Rajoy, su gabinete de crisis optó por internacionalizar su mensaje, trasladando el conflicto más allá de las fronteras, buscando apoyos de países o instituciones supranacionales y nuevos altavoces mediáticos que le permitan justificar sus acciones. Todo ello para propiciar un efecto rebote que justifique sus actos pasados y, de paso, aminore las posibles consecuencias.

El plan no es fruto del azar; por el contrario, obedece a una estrategia bien planificada. El gabinete de crisis elige la capital de Europa, Bruselas, como trampolín y escenario principal. El centro administrativo de la Unión Europa está aquí y, por ello, los principales medios y agencias de información tienen a periodistas desplazados permanentemente con la misión de cubrir la actualidad que se genera.

La capacidad políglota de Puigdemont, capaz de comunicarse de forma fluida en inglés y francés, es esencial para transmitir -en primera persona y sin intermediarios- dos mensajes básicamente: “Derecho de autodeterminación” y “opresión”. Con ellos se pretende influir en el carácter protector y solidario que se intuyen como básicos en la base de funcionamiento de las instituciones europeas y en los ‘citizens’ solidarios con este tipo de causas.

Para conseguirlo, Puigdemont habrá estado disponible (y se habrá ofrecido) a todos aquellos medios de información que quieran oír su mensaje. A fin de cuentas, el conflicto, la huida, una posible ‘represión’, son ingredientes que venden muy bien, periodísticamente hablando.

Si el mensaje que se transmite es parcial y no hay demasiado conocimiento del funcionamiento de la Ley en España no es difícil comprender que a una parte de Europa se le haga raro que un Gobierno democrático no permita convocar unas elecciones o que, incluso, encarcele a los promotores de la misma. Más cuando los suizos y los nórdicos, por ejemplo, disponen de sistemas que les permiten votar sobre un sinfín de cuestiones; o contemplamos la realidad de una Alemania dividida en 16 Estados, cada uno con su propia Constitución. Por eso, no es raro que, si se manejan bien los contenidos a transmitir, se pueda pensar en un posible caso de represión.

¿Lo ha conseguido? Pues, de momento, parece que no. Para conseguir que una estrategia de este tipo tenga éxito es necesario conseguir el apoyo suficiente para que la presión aumente, de tal forma que la parte a la que se pretende convencer o influir, en este caso el Gobierno de Rajoy, no tenga más remedio que renegociar alguna salida aceptable para todos los implicados.

Al final, aunque esto forme parte más de las Relaciones Internacionales que de la Comunicación, las vinculaciones entre países (y sus decisiones) se tornan corporativistas. Se suele cerrar filas ante elementos que pudieran entrañar un peligro para la cohesión. Lo normal es que una mayoría dé su apoyo explícito al Gobierno de España pero, no obstante, la decisión de internacionalizar el conflicto influirá en que se estudien con mucho más cuidado los pasos que se asuman y, previsiblemente, las posibles represalias que se adopten serán menos duras; a fin de cuentas tienen sobre sí el foco de la actualidad internacional.

martes, 3 de octubre de 2017

La cámara Leica, precursora de Instagram

Hace unas semanas visité la exposición “Con los ojos bien abiertos. Cien años de la cámara Leica”. Una interesantísima revisión de un instrumento que revolucionó el mundo del periodismo, la publicidad y el arte. La precursora de Instagram. Quiero reivindicar su importancia porque parece que solo la informática y las telecomunicaciones merecieran el título de nuevas tecnologías y que todo lo que fuera anterior al surgimiento de las TIC forma parte del oscurantismo no ilustrado.

Pues no. Antes de que apareciera el PC e Internet, lo hizo la cámara Leica. Hasta ese momento, la fotografía era un arte reservado casi exclusivamente a los estudios y las cámaras de gran formato. Su presencia en la calle era testimonial y precisaba del posado, es decir, del permiso expreso del fotografiado. La llegada de la Leica democratizó la toma de imágenes. Por vez primera era posible llevar en el bolsillo una cámara de calidad capaz de captar la realidad en el mismo instante en que se producía.

Estaba claro que el periodismo iba a ser uno de sus primeros beneficiados. Los profesionales de la cosa gráfica comenzaron a tomar primeros planos de todo aquello que era noticia. Las caras de los conocidos y de los desconocidos, de la pobreza, la marginalidad, la guerra, los desastres naturales… Ahora todo podía retratarse al momento. La inmediatez había llegado a la prensa gráfica.

El mundo de la publicidad también se revolucionó y, en lugar de mostrar cada uno de los detalles de una prenda de vestir, iluminada con todo detalle en el estudio fotográfico, pasó a retratar la misma ropa pero el objetivo de la lente también captaba la esencia de la mujer que la llevaba; una mujer distinta, en la calle, vistiendo una gabardina empapada mientras fuma absorta mirando las nubes descargando rayos y centellas.

Los teóricos e intelectuales crearon discursos y articularon ismos artísticos vinculados con las nuevas posibilidades que aportaba el invento. Los artistas encontraron una fantástica herramienta para dar cuerpo a sus obras, y así nacieron el retrato como expresión de un estrato social, el autorretrato (antecedente del selfie), el uso artístico del flash, el ‘robo de la identidad’ haciendo fotos a gente sin pedirles permiso, la imagen en movimiento o movida, desde las alturas, el uso de películas con resultados sorprendentes y, en definitiva, la representación de la vida en color, sepia o blanco y negro, pero siempre en directo.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Oferta: 48 horas sin IVA. Hazte con tu seguro de decesos

El Congreso ha acordado prohibir las campañas de publicidad que utilicen como reclamo el eslogan “sin IVA”, tan típico de los corteingleses y mediamarkets, por poner dos ejemplos archiconocidos del panorama comercial español. Y es que los padres de la patria entienden que el mensaje que se traslada a la ciudadanía es muy negativo: “si no pagas el IVA, mucho mejor”.

Es cierto, y me refiero a la conclusión del Pleno de la Cámara Baja, no a lo de escaquearse del pago del impuesto. Hay mensajes que al final resultan engañosos, tendenciosos y se convierten en un instrumento muy peligroso. El dilema -en este caso del IVA- es muy claro, o quienes lo emiten cometen fraude o mienten descaradamente a la clientela.

Eso por un lado. La otra parte del titular de este post, “A veces la vida nos avisa, otras no”, hace referencia a la última campaña de la aseguradora Santa Lucía. Ese anuncio que estamos teniendo la oportunidad de ver todavía en teles y marquesinas de autobús y en el que se nos dice que la vida no viene con un cartel de advertencia.

Para corroborarlo, el spot nos muestra varias situaciones donde comprobamos los peligros habituales que nos rodean en nuestro día a día a través de carteles que nos previenen de lo que está a punto de acontecer (caerte una maceta en la cabeza, resbalar con un monopatín del niño, un accidente laboral…). Todo ello para proponernos un seguro de vida.

Ingenioso. Pero no es la única vez que me han sorprendido los de la compañía del oso polar. Siempre he pensado lo difícil que debe ser vender los seguros llamados de ‘muertos’. Casi nadie está dispuesto a plantearse o planificar las consecuencias (para terceros) de su propia muerte. Los españoles somos muy de “el muerto al hoyo y que viva el bollo” o de “el que venga detrás que arree”.


Pero mira por donde, Santa Lucía se atrevió y volvieron sorprenderme con su campaña televisiva para promocionar su seguro de decesos. En ella podíamos ver un spot que publicitaba este servicio en el que, de vez en cuando, aparecían unos dibujos animados de unos gatos en blanco y negro; y lo hacían para entonar un canto lastimero cada vez que se pronunciaba la palabra muerte, todo para evitar que se escuchara nitidamente.

Visto lo visto, lo peor que podría suceder es que nos ofrecieran una oferta de un seguro de decesos sin IVA. Todo llegará.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Las audiencias ya no son lo que eran

Los podcast y visionados en Youtube de programas de radio como ‘La Vida Moderna’, presentado por David Broncano y compañía; o ‘Nadie Sabe Nada’, liderado por Buenafuente y su inseparable Berto Romero, ambos pertenecientes a la parrilla de la cadena SER, tienen más seguidores que sus respectivas emisiones en directo a través de las ondas hertzianas. Una audiencia en diferido que, al parecer, no recoge el Estudio General de Medios y, por tanto, no contabiliza a la hora de presentar sus oleadas oficiales.                                       
Hablamos de la radio pero el reinado de Internet para acceder a la información y el ocio también ha variado completamente el perfil de quiénes lo hacen a través de la televisión, un medio con una audiencia subidita en años, dispersa entre tanto canal tdt y que ya no se congrega alrededor de la caja tonta como lo hacía antaño.

Esta tendencia no ha pasado desapercibida y Kantar Media, una de las instituciones que se dedican a la medición de audiencias, ya ha declarado su intención de contabilizar a aquellos que formen parte de la figura denominada ‘invitados al hogar’, un colectivo formado, entre otros, por los amigos que vienen a casa a ver el partido del sábado (el grupo más importante) o los trabajadores del hogar. Para ello, facilitarán a las personas que forman parte de su muestreo un mando con un botón que les permitirá incluir hasta 99 invitados.

Otra empresa del gremio, playthe.net TV, apuesta por un novedoso sistema de medición para los bares basado en un Wi-Fi inteligente instalado en las pantallas de las teles que calcula el número de personas que están presentes en el local. ¿Cómo lo hacen?, rastreando la red de los teléfonos móviles de los clientes.

No todos están conformes. Las cadenas que emiten fútbol y otros eventos deportivos (Mediaset España y televisiones de pago) dan la bienvenida a este sistema de medición con los brazos abiertos porque piensan que repercutirá en incrementar sus datos de audiencia hasta en un 20 y 30%; otros, como Atresmedia, que también tiene derechos futbolísticos, no cree que existan medios técnicos fiables para realizar este muestreo, y quedan las televisiones autonómicas, que piensan que esta metodología les puede perjudicar por no contar con eventos deportivos en sus programaciones.

Una medición fiable de la audiencia es la base con la que hasta ahora se ha pretendido soportar los cimientos del funcionamiento de los medios de comunicación y la actividad publicitaria. Mientras que para los primeros sirve para darles pistas con las que elaborar productos de éxito, para los anunciantes es la forma de conocer a los clientes, los actuales y los potenciales, a los que hacer llegar sus productos o servicios. Lograrlo es igualmente simple y complicado: utilizar técnicas y metodologías actualizadas que contemplen el nuevo escenario digital.

lunes, 21 de agosto de 2017

Los partidos políticos y sus zombis

Leía hace unos días en un hilo de Twitter que si escribías las palabras ‘Partido Popular’ en un tuit, automáticamente aparecían cientos de supuestos seguidores que lo marcaban como favorito o hacían un RT del mismo. Incluso se decía que algunos tuiteros habían hecho el experimento de probar a introducir estas palabras, sin más, o en una frase poco favorecedora para el partido presidido por Mariano Rajoy y, a pesar de la incongruencia, eran muchos los usuarios de la red social que parecían congratularse con ello.

Sospechoso, sí; pero más habitual de lo que parece. El uso de bots, de perfiles falsos utilizados para incrementar artificialmente el tráfico e interés hacia un determinado mediador, es norma común en las redes sociales (Facebook y Twitter). Son más conocidas sus aplicaciones en el ámbito comercial (para promocionar todo tipo de servicios o productos) pero también existe entre las formaciones políticas. No es un caso aislado del PP; PSOE, Ciudadanos y Podemos, por poner como ejemplo al resto de fuerzas mayoritarias, han sido acusados en repetidas ocasiones de utilizar perfiles falsos para promocionar sus respectivas políticas y/o candidatos.

Hay distintas formas de ‘engañar’. Algunas artimañas, como los perfiles falsos, se utilizan habitualmente para aumentar el número de menciones, uno de los índices de influencia más buscados por los líderes políticos. Pero, también es posible incrementarlo artificialmente poniendo de acuerdo a grupos de simpatizantes o empleados para que se mencionen constantemente entre ellos en sus tuits.

En otras ocasiones de lo que se trata es de repetir un mensaje hasta la saciedad, un mensaje que puede ser de apoyo, de ataque, reivindicativo o crítico. Indudablemente, la repetición tiene su mejor aliado en las cuentas zombis, esos ingenios de la programación imitadores del comportamiento del ser humano capaces de retuitear hasta el infinito y más allá.

Cuando los infractores son descubiertos suelen negar la mayor o decir que ellos no saben nada de esto. Normalmente limitan o suspenden temporalmente la actividad para retomarla al cabo del tiempo, eso sí, tomando precauciones (por ejemplo, borrando cada cierto tiempo el timeline de las cuentas falsas para evitar dejar rastros del spam político). ¿Inmoral, reprobable éticamente? Que cada uno tome su propia decisión pero está claro que hay que empezar a desconfiar de los trending topics.

NOTA: Según la web de ciberseguridad Incapsula, durante 2016 los bots fueron responsables de más de la mitad (el 51,8%) del tráfico mundial de Internet, superando a los usuarios humanos. Por lo que respecta a Twitter, un estudio de las universidades del Sur de California e Indiana indica que el 15% de cuentas registradas son bots.

viernes, 4 de agosto de 2017

Hazme una rebajita, 'guapi'

Los seres humanos estamos hechos para comunicarnos. Lo hacemos en todas las esferas de la vida y desde nuestros primeros pasos. Al comienzo balbuceando o sollozando para interactuar con nuestro entorno más inmediato y cumplir necesidades básicas: comer, beber, dormir. Más adelante, según vamos adquiriendo experiencia con el lenguaje, perfeccionamos nuestra capacidad para aprender, relacionarnos con el exterior y socializar. Unos lo hacen mejor que otros y, en la medida de las habilidades de cada cual, a unos les suele ir mejor en la vida que al resto.

Tanto en el plano personal como cuando se profesionaliza esta capacidad de comunicar y se pone a disposición de terceros (los clientes de una agencia de comunicación, gabinete o similar), los éxitos vendrán dados por la información que ambos hayan podido recopilar acerca del asunto que les interese, definir la estrategia a la hora de plantear la acción, estructurar el mensaje de una forma eficaz y eficiente y elegir a quiénes hacérselo llegar (destinatarios).

Un ejemplo de andar por casa. Táctica de compra individual. Alguien quiere comprar un determinado artículo en un puesto de un bazar callejero. Lo normal, lo que suele ocurrir, es que el interesado realice una compra por impulso y negocie in situ su precio sin saber realmente cuál es su valor real o cómo lo vende la competencia. El resultado es que puedes haber comprado una ganga (poco probable) o haber pagado un sobrecoste que podrías haberte ahorrado.

Táctica profesionalizada. Lo primero sería que alguien que no fueras tú comprobara cuántos vendedores de ese bazar tienen ese producto y preguntara por sus respectivos precios de venta (análisis de mercado). Tras informarte sobre quién lo tiene más barato (estudio de la competencia), ya podrías acudir personalmente pero, en lugar de preguntar su precio e intentar negociarlo, te interesarás por otro producto similar (tanteo ficticio) y, cuando parezca que ya estás perdiendo el interés (por no estar ajustado al precio que deseas), pedirás información por el que realmente estás interesado (interés oculto). Ahora que el vendedor cree que casi ha perdido una compra es muy posible que te lo ofrezca a un precio más razonable que el primero (precio justo).

La diferencia entre las dos actuaciones es que, mientras que en el primer caso, el resultado dependerá exclusivamente de la capacidad comunicativa personal del comprador y de sus habilidades negociadoras; en el segundo caso, la acción de comunicación que se plantea se hace en base a un trabajo previo de recopilación informativa, de la elaboración de un mensaje consecuente y de una estrategia de compra que ofrece la opción de abortar la operación si no se ajusta al bolsillo del interesado o al precio de mercado.

sábado, 22 de julio de 2017

El mensaje de la superación

Rain Man, en 1988, y su protagonista, Dustin Hoffman, nos ofrecían uno de los primeros acercamientos cinematográficos a la enfermedad del autismo. Nos mostraba a un ser muy especial con habilidades singulares (en este caso eran las matemáticas y la memoria), incapaz de comunicarse y de establecer una vinculación afectiva y emocional de una forma natural con su entorno.
Pero eso era ficción. Esta historia es real. Carly Fleischmann es una joven canadiense de veintipocos años que escribe un blog, tiene cuenta en Facebook con más de 200.000 followers, y en Twitter, desde 2009, con 57,3K seguidores y ha publicado un libro autobiográfico de cierto éxito (coescrito con su padre). Hasta ahí, casi normal. Lo que ya sorprende mucho más es que cuando tenía dos años los médicos le diagnosticaron autismo severo y una enfermedad motora verbal que la impedía hablar. El pronóstico fue muy duro: solo desarrollaría las habilidades intelectuales de una niña pequeña.

Sus padres no se dieron por vencidos y desde ese momento la niña recibió cuidados especializados hasta que un día, cuando tenía 11 años, descubrió un ordenador y escribió las palabras 'hurt' (duele) y 'help' (ayuda). Un mensaje que cambió toda su vida.

Los terapeutas cambiaron de estrategia y recurrieron al teclado de un ordenador para obrar el milagro. Además de lograr romper la barrera del silencio comenzaron a conocer por boca (o mejor dicho, por dedos) de la propia Carly cómo funciona el cerebro de un autista y los conflictos que provocan algunos de sus estados más violentos. La niña explicaba cómo en ocasiones las imágenes de una cara, la de alguno de sus familiares o médicos, se transmitían a su cerebro como una sucesión interminable de miles de fotogramas. Un bombardeo que cortocircuitaba su mente y que la hacia convulsionar y dar gritos de angustia y desesperación. Se entiende cuando se explica, ¿verdad?

La tecnología le sirvió para lanzar su SOS de ayuda. Los que estaban a su lado lo oyeron y juntos despejaron el camino de rocas y obstáculos, lo justo para que Carly pudiera establecer comunicación con su entorno y trasladar sus mensajes.

Esta es una de esas historias que no sabes hasta qué punto creer pero, si le quitamos la parte más emotiva, nos sirve perfectamente para dar un ejemplo de cómo la comunicación, que alguna vez nos parece imposible establecer, debe buscar los caminos que hagan posible trasladar sus mensajes y hacerlos comprensibles a todo el mundo. Es el mensaje de la superación.

domingo, 25 de junio de 2017

La piscina como red social



La piscina actúa como si se tratase de una potente red social. Allí se congregan sus usuarios para intercambiar likes; mostrar sus mejores posados, o los de sus hijos, como si fueran selfies de Instagram pero, por encima de todo, para ver y ser vistos. No todos, es cierto. Como en las redes sociales, hay especímenes que no precisan vincularse con otros, es más, lo evitan. Eligen un rincón tranquilo, a la sombra, para extender su toalla y desde el cual ver sin ser vistos, como voyeurs mediáticos. Su objetivo es pasar desapercibidos mientras observan las vidas de los demás a través de un escaparate virtual.

Están los que representan todo lo contrario. Las familias que llenan de ruido y voces todo el recinto; además de hacerlo físicamente con sus sillas, hinchables (flotadores, barcas, etc.), neveras, gafas, aletas, pistolas de agua, pelotas de todos los tamaños, y cualquier elemento que sirva para hacer notar su presencia. Sus homólogos en la red serían aquellos que están constantemente telegrafiando sus vidas. Cualquier acto de las mismas, desde que se levantan, todo les parece que debe ser compartido por el resto de la Humanidad. Cuando desaparecen es igual que cuando bajan una música estridente que lleva sonando horas,se respira tranquilidad.

Luego tenemos a los influencers. También suelen ir solos pero, en lugar de aislarse en un oscuro rincón, buscan ser el centro de todas las miradas. Para ello acuden ya morenos el primer día de piscina, luciendo cada jornada un bañador distinto y, por supuesto, de marca. Displicentes pero muy educados, saludan con una sonrisa blanco níveo, suelen leer o escuchar música con un iPod (se vuelven a llevar), y están lo justo para que todos hayan notado su presencia, sobre todo cuando se levantan y dirigen sus pasos hacia la ducha, donde permanecerán unos instantes, lo justo para refrescarse y volver a su trono. Al día siguiente, muchos de los que les observaron buscarán en las tiendas esa toalla, ese bañador o esas gafas para parecerse, aunque sea un poco, a esos modelos de perfección.

Por último,nos queda el socorrista. Esta figura representaría a Twitter. Sus instrucciones no van más allá de 140 caracteres, tiene una visión panorámica y en directo (Periscope) de todo lo que acontece en el recinto y la capacidad de estar informado puntualmente de todos los hechos. Es la figura más profesional, a la que se acude para informarse y tener la seguridad de algo o comprobar si se puede hacer una determinada cosa.

Las comunidades de vecinos con piscina tienen una enorme suerte. Disponen de engagement, utilizado aquí como un elemento catalizador que les permite interactuar a sus miembros para generar una relación que reafirme el sentimiento de pertenencia a un grupo (posicionamiento de marca).

Qué se puede esperar de un blog como este un domingo, a las 11 de la mañana y ya a 25 grados centígrados. Y sí, mi urbanización tiene piscina.

viernes, 9 de junio de 2017

La felicidad ahora está en el pasado

De la Utopía de Tomás Moro a la Retrotopía de Zygmunt Bauman, el último concepto que nos dejó este gran pensador, inspirador intelectual del movimiento 15M. Una idea sublime basada en la nostalgia como argumento para conseguir la felicidad, un fin que ya no se consigue mirando al futuro sino adentrándonos en el pasado.

Quizás por eso Trump, en vísperas del Día Internacional del Medio Ambiente, tomó la decisión de abandonar el acuerdo de París. Es posible que piense que apostar por las energías renovables no aporte satisfacción a sus conciudadanos en el futuro; y que el bienestar, sobre todo a corto plazo, está en el pasado, representado por las petroleras. Ellas sí que están dispuestas a hacerle feliz en estos cuatro años, el horizonte máximo al que parecen aspirar muchos políticos, más cuando proceden de la gran empresa, acostumbrada a los beneficios inmediatos y a no correr riesgos innecesarios.

Este concepto de retrotopía también parece estar detrás de Eter9, una comunicad virtual en fase beta que plantea mantener vivos a sus usuarios, incluso después de muertos. Un experimento de inteligencia artificial que busca perpetuarnos captando nuestra esencia recogiendo metadatos de nuestro paso por este mundo a través de la red. Hasta el momento, Eter9 cuenta con más de 50.000 usuarios en todo el mundo que buscan la inmortalidad mediante la grabación de nuestro comportamiento en las redes sociales e Internet, en general.

Recuerdo uno de los primeros capítulos de la serie de ciencia-ficción Black Mirror en el que una mujer perdía a su marido y recurrió a una empresa que le ofrecía la posibilidad de chatear con una imagen virtual de él a través de la recopilación de sus movimientos por la red; una vez superada esta fase le proponían enviarle un ejemplar biónico hecho a imagen y semejanza del fallecido. La cosa, como podéis imaginaros, no acaba bien. Es lo que lo tienen los futuros distópicos.

domingo, 14 de mayo de 2017

'Fake news' en la Era de la posverdad

Donald Trump habla de los medios de comunicación como si fueran auténticas fábricas de mentiras creadas para confundir o derribar a sus adversarios, o lo que viene a ser lo mismo, a la competencia de sus propietarios. La ya clásica teoría de la conspiración. Lo hace en estos momentos, en la denominada “Era de la posverdad”, un momento en el que la verdad y lo veraz se confunden con lo verosímil, un instante en el que basta la apariencia de realidad para confundirse con ella.

Las mentiras emotivas son más importantes y tienen más calado que los hechos objetivos. Rumores, calumnias, plagios, bulos, propaganda... todos estos términos forman parte de la posverdad y están íntimamente ligados con el periodismo y, por ende, con la política, su auténtico origen. La campaña del Brexit para sacar a Reino Unido de Europa o las elecciones presidenciales de Francia son recientes y claros ejemplos de este despliegue de medios para intoxicar y confundir.

Son acciones de comunicación manipuladora que tienen recorrido. Más en estos instantes, marcados por el momento más bajo de la prensa (sobre todo la del papel), donde los medios y sus trabajadores, empobrecidos unos y en precario los otros, no tienen independencia, tiempo, recursos ni formación para contrastar las noticias.

No toda la culpa es de los mass media. Las audiencias se han convertido en receptores poco exigentes. Son ávidos lectores de titulares, sí, pero les cansa la reflexión y tienden a propagar antes que a poner en duda o cuestionar afirmaciones que en muchos casos, resultan pocos creíbles. Hay ausencia de espíritu crítico. Su comportamiento es en gran parte gregario y tiende a la viralidad, de ahí el éxito sin precedentes (y tan difícil de explicar en su mayor parte) de ciertas informaciones que arrasan como las llamas en un prado seco.

Antes se llamaba “amarillismo” o sensacionalismo, ahora lo bautizamos como comunicación estratégica. Detrás de ella se esconde una red profesional donde el auténtico protagonista es el storytelling, las redes sociales, los escenarios donde la narración de la historia tienen como máximos protagonistas a la desinformación y las medias verdades. Lo necesario para ensalzar lo mejor de cada cual (ya sea empresa, institución o persona relevante) y ocultar sus peores defectos aunque para lograrlo haya que mostrar los de los demás o, si hiciera falta, inventarlos con fake news.

jueves, 4 de mayo de 2017

Mueve tu chic chic

Podría parecer que era difícil rebajar el mensaje del “Hazme una rebajita guapi” acompañando a las imágenes de una chica haciendo twerking pero lo han logrado. Los responsables de la campaña publicitaria de Chicfy, el nombre de la App para comprar y vender ropa usada por el móvil, lo han conseguido con la segunda entrega del anuncio televisivo y la frase que lo acompaña como estribillo: “Mueve tu chic chic”.

Parece de locos pero sus responsables dicen haber tenido un gran éxito, también mediático (el cual confirmo por el índice de medios que han recogido información sobre este asunto). En una reciente entrevista pude leer como sus padres publicitarios contaban que se había tratado de una campaña de poco presupuesto para la que sólo están preparadas las start-ups ágiles y con capacidad de asumir riesgos. Decían que habían ganado el cielo de la popularidad llevando al extremo el mensaje y asumiendo que no les importaba el rechazo y las críticas de una buena parte del público, que ya daban por supuesto, porque el destino principal son los millennials.

Llamadme viejuno pero de verdad que no quiero pensar que la mayoría de los llamados millennials tienen ese pésimo gusto y disfrutan o participan de un anuncio en el que se denigra a la mujer de forma tan evidente convirtiendo este spot en uno de los más machistas del año.

lunes, 16 de enero de 2017

Modernidad líquida en el laberinto de 'Westworld'

Zygmunt Bauman, filósofo, sociólogo y ensayista polaco, premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2010, ha sido sin lugar a dudas uno de los intelectuales de referencia del último siglo. Murió la semana pasada a los 91 años y, justo el día antes de su fallecimiento, yo estaba leyendo una entrevista que le habían hecho en la revista “Papel”, editada por el diario “El Mundo”. Giraba en torno a su concepto de 'Modernidad líquida', esa teoría que intenta explicar cómo la sociedad actual (individuos y colectivos) intenta adaptarse a un entorno en constante cambio que nos impide hacer planes de futuro.

La incertidumbre es la reina de estos tiempos. No hay nada seguro. El mercado laboral nunca ha sido tan inestable; los partidos políticos y sus dirigentes afrontan una quiebra de identidad y credibilidad sin parangón; las instituciones más estables como el Estado, la familia, los mercados financieros e, incluso, la religión soportan crisis y tensiones permanentes.

Una 'Modernidad líquida' que puede reconocerse perfectamente a nuestro alrededor. Una realidad con paredes de cristal que cambian a cada segundo que pasa y que nos impiden trazar planes de futuro. Un entorno donde la felicidad a largo plazo es una quimera y en la que solo sobreviven aquellos con mayor capacidad de adaptación. Para vencer esta tendencia a la exclusión hay que intentar llegar al centro del laberinto, ese lugar que nos explica el origen, nuestras motivaciones más profundas, de dónde vienen y porqué somos como somos.

Una metáfora de vida que podemos encontrar reflejada en WestWorld, la exitosa serie televisiva de HBO que transcurre en un futurista parque temático, inspirado en el lejano Oeste, al cual acuden personas adineradas en busca de aventuras pero, si se rasca un poco en la superficie, lo que realmente subyace son las relaciones que se establecen entre humanos y 'servidores' (androides). La moraleja es que para saber realmente quiénes somos no nos queda otro remedio que crear entornos (aunque sean artificiales) que nos desinhiban y nos permitan mostrarnos tal y como somos. Allí, lejos de la inseguridad y de los miedos a perder lo mucho o poco que se ha atesorado, aparecerá lo mejor y lo peor de nosotros mismos.

Mientras tanto, tal y como decía Bauman, y hasta que seamos capaces de reencontrarnos, cualquier idea de felicidad parece pasar o finalizar en una tienda, probablemente online.