lunes, 24 de octubre de 2016

La campaña rosa contra el cáncer

En las últimas semanas hemos visto aviones de Iberia con su interior 'vestido' de rosa; pasillos del Metro de Madrid empapelados con vinilos de imágenes de mujeres haciendo alusión a este día; Marta Sánchez desnuda en una revista sólo por la causa (su hermana melliza falleció a causa de esta enfermedad); deportes de masas, como el fútbol, haciéndose eco de esta jornada; marcas femeninas, como Ausonia, patrocinando estudios para la Asociación Española del Cáncer y embajadoras mediáticas, como Bimba Bosé o Terelu Campos, promocionándolos. Por fin hemos asistido en España a una acción de marketing global en la que se han implicado todos los elementos necesarios para conseguir un éxito sin precedentes: La campaña rosa contra el cáncer de mama.

No es la primera vez que se realizan campañas de este tipo, pero sí es la primera en la que unen sus fuerzas tanta gente (empresas y particulares) de nuestro país sin un ánimo de lucro latente. También ésa es la razón de su éxito, al fin y al cabo, la filantropía es de las pocas cosas que pueden conciliar la participación y el interés desinteresado de empresas y particulares de primera línea.

Todo ello, reforzado con acciones acompañadas de merchandising, con venta de gafas y otros complementos para obtener recursos con los que seguir investigando. Unas acciones apoyadas con la imagen de famosos televisivos (Jordi Evole, Miki Nadal, Dani Mateo, y un largo etcétera) posando con las gafas en sus perfiles de Twitter porque, evidentemente, han utilizado la caja sonora de las redes sociales, principalmente la creada por Jack Dorsey, con #SúmateAlRosa y, para los menos enredados, una página web, http://sumatealrosa.com/, donde poder adquirir las gafas solidarias. Sin olvidar los perfiles rosas que han acompañado los whatsapp de miles de mujeres durante estas jornadas.

Pero todo ello, que es una acción de marketing y publicidad espectacular y grandiosa en la que participan prescriptores, grandes marcas, famosas, se involucran deportes de masas, instituciones públicas, medios de transporte, prensa (en todos los soportes), redes sociales y grupos de investigación de la enfermedad no estaría completa sin la participación de esas personas anónimas que cada año entregan lo mejor de sí mismas para recorrer las calles, dar a conocer la problemática de la enfermedad (la del enfermo y la de quiénes le acompañan en este trance) y conseguir prevenir, concienciar y luchar contra el cáncer de mama. Eso sí que tiene valor.

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